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Desde que te amo me pasa algo con tu nombre.

Cada letra que se escribe en mayúscula.

Las minúsculas que cantan y se empujan.

Tus dos nombres. Tus dos apellidos.

Podría reconocerlo inmerso en una gran enciclopedia.

Me sumerjo entre las letras y me trepo de las tuyas.

Me enreda tu nombre, me envuelve.

Traspasa mi piel y entra, entra en mi.

Epidermis, Dermis, Hipodermis.

Se expande brincando entre mis células.

Se baña en mi sangre, se pinta de rojo.

Cuando no te tengo, tengo tu nombre.
No tengo tu piel, no tengo tus ojos.
No me pertenecen las palabras de tu boca.
No puedo tomar tu mano ni colgarme de ella.
No puedo llenarte los pulmones de mi aliento.

Tampoco me pertenecen los besos lentos.
Tampoco el agua que te limpia ni los fierros que te hieren.
Yo no soy quien puede curar esas heridas
Pero sí quien que las hace y las infecta.

Desde que te amo me pasa algo con tu nombre
Lo escribo de corrido en la tapa de un libro
Lo leo en mi cabeza una y otra vez
Y cada vez que lo veo escrito en cualquier otra parte
Lo reconozco y lo hago mío. Y eres mío. Solamente mío.