"Entregamos nuestro corazón a cualquier situación o persona que intensifique nuestra vida. En encuestas realizadas después de la Segunda Guerra, los encuestados reconocían que en tiempos de guerra habían tenido una intensidad que, una vez pasada, despertaba en ellos melancolía. El amor procura una experiencia intensa, pero no toda experiencia intensa es amor..."
Tomado de: El amor, por supuesto, no existe; de José Antonio Marina. Etiqueta negra, número 28, setiembre de 2005.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario