de viaje y de regreso. (2)




Te vi.

Estaba con Tobias esperando a que Claudia saliera de su turno ansiosos por algún cafecito gratis.

Las puertas del Starbucks se abrieron de par en par. Y el tiempo, el espacio, el aire circulando, mi sangre fluyendo y hasta el cafecito gratis... dejaron de importar.

Estabas igualito. Tal como te dejé ese último día de clases. Debo confesar que tenías algunas cuantas canas escondidas por ahí pero eso te hacía mucho más hermoso.

Sentí como si mi cuerpo dejara de pesar. Me llené de puntitos que saltaban de mi estómago a mis manos, a mi ojos, a mis labios, a mis piernas.. y así por todo mi cuerpo. No sabía si llorar, si acercarme, si gritar, si esconderme... estaba tiesa. Tiesa como la primera vez que me tuviste desnuda. Regresé a ser una niña de 15 años.

Me armé de valor y me acerqué.

Cada paso que daba era denso y pesado. Me costaba mucho avanzar. Mis piernas temblaban y solo querían salir corriendo en la dirección opuesta.
Ya estaba muy cerca a verte a los ojos, a sentir tu perfume, a darte un beso en tu áspera barba.
Fue todo tan rápido que no me di cuenta que a tu lado estaba ella.
Mónica, ahora con el pelo muy rojo y luciendo una enorme, grotesca y muy redonda panza de embarazada.

Ya era muy tarde para dar marcha atrás, Mónica me había visto.
Te dijo algo que no escuché. Supongo que fue "Mira, amor, no es esa chiquita tonta que era tu alumna cuando enseñabas en ese colegiucho"

Volteaste, me miraste, sonreíste y asentiste con la cabeza mientras tomabas tu pedido para llevar.

Lo último que vi de ti al salir fue tu mano agitándose en forma de despedida.

Te odio. Me mentiste. Me juraste que no la amabas y que nunca tendrías una vida con ella. Que todo era un juego. Que todo era un compromiso forzado. Y ahora esperas un hijo de ella.

Eso era lo único que pensaba. Me quedé paraba mirando como se iba la familia feliz.

Tobias me sacó del sueño

"¿Oye, qué te pasa?"

En los últimos 2 años había logrado olvidarte, dejarte atrás, echarte tierra, hundirte en algún lugar de mi cerebro con neuronas muertas... pero en 2 segundos reviviste todo lo que pasamos juntos, todo lo que me hiciste.

Ya no parezco tan superada como hace un rato. Pero eso me motivó a cambiar. Algo no estaba haciendo bien, algo no estaba cerrado.

0 comentarios:

Copyright © 2009 - El poder decir - is proudly powered by Blogger
Smashing Magazine - Design Disease - Blog and Web - Dilectio Blogger Template